Gatti y Asociados

lunes, 22 de junio de 2009

Rosa Negra

Rosa Negra es un restaurante de cocina internacional que queda en Dardo Rocha 1918, frente al hipódromo de San Isidro y a la Avenida Unidad Nacional, o mal llamada Thames, en Martínez.



Sabía hace meses que Rosa Negra era el lugar ideal para celebrar, por ende el martes llamé a al restaurante para reservar el sábado a las 21 una mesa para dos, bien intima y lo mas apartada posible del resto de los comensales. Llegamos un poco temprano ya que había menos tráfico de lo pensado en la panamericana. Al estacionar, como no me gusta entregarle mi auto a los valet parking (malas experiencias pasadas en reconocidos restaurantes de San Isidro), estacione sobre la vereda adoquinada frente al restaurante, justo donde desemboca la calle La Paz en Dardo Rocha, donde fui indicado por un trapito NO extorsionador y de educados ademanes. Al entrar me llamo la atención el bullicio que había, y eso que el lugar no había llegado a mitad de su capacidad, anticipándome el terrible bullicio que iba a haber mas adentrada la noche. Fuimos recibidos por maître que nos acerco a una mesa junto a la pared y cerca de las escaleras del baño de mujeres, donde nos instalamos para comenzar el festejo.



Se acerco un mozo con un delantal de cocina verde con rayas blancas que, mediando un “buenas noches”, nos entrego los menúes y una muy interesante carta de vinos, retirándose con el mimo sigilo con el que había aparecido. El menú es extenso, no por sus hojas, sino por su acertada explicación detallada de cada plato y variedad, con hojas un color amarillo azafrán muy claro que descansa la vista y una letra agradable y de fácil lectura. Este diseño lleva a que el comensal inevitablemente sea un ávido lector lleno de gusto ante el futuro (y asegurado) banquete. Hacia tiempo que no tardábamos tanto en elegir y pasó un interesante tiempo al respecto, lo cual acercó instintivamente al mozo a solicitarnos nuestras bebidas mientras continuábamos mirando el sinfín de probabilidades y novedosas combinaciones que presentaba tan extenso y entretenido menú. Un agua sin y otra con gas, mas la solicitud de que se acerque el barman a la mesa para consultarle sobre cocktails y tragos largos de la casa. A todo esto yo ya tenia en claro que pescado o mariscos era el tópico a concentrarse, decidiéndome por la cazuela de frutos de mar al estilo japonés. Ella prefirió unos spaghettis con cordero, tomates secos y hongos. Sin haber realizado aun el pedido, se acerco el barman (con el mismo increíble sigilo que el mozo) a nuestra mesa, se presento, nos comento que no hay carta de tragos y se ofreció a asesorarnos, con una voz muy calma, con nuestro trago a elegir. Yo ya venia de antemano con muchísimas ganas de un Negroni pero termine sucumbiendo (como siempre) por un Dry Martini, especialmente ante el hecho de que en Rosa Negra los tragos debían de ser más que excelentes y las chances de ser defraudados no eran contempladas. Del otro lado de mi mesa, Ella pidió consejo: quería un trago muy muy suave ya que no toma alcohol. Le ofreció varios tragos suaves, frutales y secos, pero se decidió por uno llamado Diva´s que tiene frutillas en rodajas, ralladura de limas y maracayá. Retirado el barman apareció nuestro mozo con una rebosante panera, las aguas y tomo nuestro pedido, junto con la orden de la entrada que eran 2 de las conocidas, famosas y ya degustadas empanadas de lomo.



Exhaustos, nos encontramos observando la panera. Grisines, panes salados y unas medialunas en miniatura junto a una crema untable que comenzaron a mitigar la espera mientras los detalles del lugar se empezaban a notar. La iluminación era tramposa y acertada, los ladrillos a la vista en las paredes, el techo alto, negro y entrecruzado de vigas, junto con los spots calibrados al milímetro, generaban un ambiente laxo y privado. Lastima que esa intimidad visual colapsaba con el terrible ruido que había en el salón. No logre encontrar ningún aislante sonoro y llegue a la conclusión que estábamos en un gran cajón peruano, plagado de ruidos y mitigados únicamente por una música que aparecía de vez en cuando y lograba menor volumen en las conversaciones generadas en las mesas. Levante la cabeza y ví que apenas se veían los grandes tubos de ventilación, y los spots previamente mencionados copaban el cielorraso de vigas. Las ventanas eran como grandes marcos, rompían la monotonía de la altura del techo y e intentaban ser imitadas por las bibliotecas en las paredes interiores. El mantel era de tela sintética (algo que no lo podía creer) y la servilleta (gracias a dios) de algodón. El detalle del centro de mesa era excelente, una rosa en un delgado y rustico florero, muy parecido al de Fettuccine Mario pero con un toque rustico que acompañaba a los desgastados ladrillos de las paredes y a los viejos libros de biología que asomaban en la estantería al lado nuestro. El pequeño plato con su respectivo cuchillo de manteca también estaba. En si la mesa nos e destacaba ya que era en un 100% lo que uno espera de un restaurante de este tipo.



De pronto llegaron los tragos. El Diva´s se presentaba un vaso de whisky pero más grande, grueso y de gran circunferencia (como el de un mojito). Llamaba la atención como las frutillas se mezclaban con el hielo trozado y el galantísimo detalle de ralladura de limas. Que elegancia el Diva´s, el nombre le sienta a la perfección, uno apenas puede sacarle los ojos de encima ya que es terriblemente llamativo.

-- “Que lindo trago!” dijo ella.

-- “Es el que pide Susana Gimenez cada vez que viene, el nombre del trago es por Ella”, no contesto el barman.

Habida cuenta de tan notoria curiosidad, probamos cada uno su trago, seguido por una sonrisa de ambos ante la satisfacción y mi pedido consiguiente de probar el Diva´s. En el momento que uno lo toma se da una cadena de tres sabores separados cada uno por un lapso de tres segundos: el primer sabor es de cítricos, el segundo es el de maracuya, seguido a lo último por un fuerte gusto a frutilla fresca. Desconfiado ante tanta mecanización, lo volví a probar y paso lo mismo, realmente increíble. Definitivamente el Diva´s esta en mi TOP 3 de tragos frutales. Eso si, me quedo en la duda si tenia unas gotitas de cointreau en la mezcla. Por otro lado, mi trago se presento ante un copa de martini vacía (también mas grande de lo común, cosa genial) y helada con sus respectivas aceitunas dentro, acercándose el barman con la coctelera y sirviendo la copa hasta casi lograr tensión superficial en el borde de la misma.

Al llegar las empanadas, pude comprobar nuevamente lo deliciosas que son. No pude evitar rememorar y comentar aquella vez que fui con familiares a Rosa Negra y en vez de pasar al plato principal, terminamos comiendo empanadas durante todo el mediodía! Que lindo que es comer una empanada de lomo y saber que uno no se va a encontrar con ningún nervio duro o pedazo de grasa cocida. Es como si esa confianza diera mas libertad a entregarse a una comida elaborada y de fácil decepción. Recuerdo al lector que son fritas y bajo ningún motivo las comí con cubiertos… las empanadas se comen con la mano!



Acto seguido se acerca el mozo con nuestros platos principales, siendo tomados por este con un repasador ante la amenaza de que estaban muy calientes. Los spaghettis se presentaban en un gran plato ahondonado en el centro, tal cual como casa italiana. No eran llamativos, pero si gustosos. Tenían un sabor levemente picante, un cordero previamente hervido y unos tomates para deleitarse. Dejaban un color ocre, como el de salsa gravy y la pasta notaba un color amarillento. No pude notar si era de pasta dura o frescos, quizás por la salsa o la gran temperatura de la comida. En conclusión, no era un gran plato, hemos probado mejores pero con tan particulares especias. Mi cazuela se presentaba en una especie de fuente de metal para mejillones a la provenzal pero en miniatura, algo increíble para mantener el calor, especialmente al contener frutos de mar. Predominaban los camarones, mejillones y vieyras, junto con la muy bienvenida centolla que hace añares que no comía. Los vegetales eran pequeños y necesarios ante el sabor. Mucha gente piensa que a este tipo de platos les falta de sabor, cosa que no es así ya que la frescura de los ingredientes notaba una suavidad de beneplácito en el paladar, junto con la salsa de soja en cantidad justa. No pude definirme si en la cazuela había o no maizena… quedara en la duda hasta la próxima visita. Definitivamente los pescados y mariscos es Rosa Negra superan a muchísimos restaurantes de nuestra capital. He probado anteriormente los fettuccines con langostinos y salmón en este lugar y la verdad que nuevamente he quedado deslumbrado.



Al pedir la carta de postres el ambiente sonoro había llegado a su pico, pero la circulación de aire era perfecta, lo cual hacia no preocuparme.


Los postres no fueron de difícil elección. Ella pidió un cheesecake con helado de crema americana y arándanos (tipo confié). Dicha torta no tenia una masa común, sino un colchón de lo que parecía ser maní y nueces trituradas, siendo rustico y delicioso a la misma vez. Por mi parte decidí romper con el los clichés y me pedí un Diva´s de postre… si, un trago frutal y bien femenino… el mozo se reía cuando lo ordene… pero bueno, me había quedado con las ganas de tomar ese trago. Se que me voy a valer de chistes en un futuro, pero cabe destacar que cuando la gente de las mesas contiguas vieron la pompa con la que pedimos los tragos y como eran los mismos, terminaron ellos pidiendo también.



Todo fue perfecto, agradable, correcto; inclusive el ruido ya era superfluo (mas los dos tragos encima), definitivamente Rosa Negra sigue cumpliendo con su historia. Lastima que la velada fue opacada horriblemente cuando, luego de haber pagado, cruzamos el umbral hacia el hall y un mozo al lado nuestro gritó (si, gritó): “La 19 esta libre!!!”. Estimados lectores, no estamos en una fonda o una parrilla de ruta, no se puede gritar de esa manera, menos aun cuando los que estaban sentados en esa mesa, que éramos nosotros, nos estábamos yendo. La verdad que me sentí mal, a ese mozo habría que corregirlo de manera URGENTE.



Precio? $205 con propina incluida. Tengan en cuenta la entrada, 2 platos principales, 2 bebidas, tres tragos y 1 postre.



Datos Útiles: teléfono 4717-2685 http://www.rosanegraargentina.com.ar/



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