Gatti y Asociados

lunes, 2 de noviembre de 2009

El Altillo

El Altillo es una vieja y clásica pizzería de barrio que queda en Avenida del Libertador 17.000, San Isidro; justo en la intersección con la calle España y a media cuadra del Colegio Marín.


Fue el semáforo en colorado de España y Avenida del Libertador, en comunión con el sofocante calor del jueves pasado, los que me hicieron recordar aquella pizza a la piedra que tanto me gustaba de chico. Cabe también incluir el hecho de que el exceso de obligaciones laborales me tenían hace ya mucho tiempo al margen de la gastronomía nocturna y era hora de volver a escribir una nueva crítica en el blog. Dicho y hecho, fue en esa calurosa noche de jueves que estacionamos sobre España, a media cuadra de Libertador, para comer aquella pizza que de muy chico supe recomendar como: “la mas rica del mundo!”. Al entrar por esa vieja puerta de la esquina notamos que había lugar en la planta baja, pero las insistentes ganas de sentarme otra vez en esa bancada de madera del entrepiso hicieron que Ella me diera el gusto, tomando la estrecha escalera para terminar justo arriba de la cocina y sobre el mostrador. Felizmente sentado en esa bancada y sonriendo como un niño que acaba de ser consentido, se acerco lo que parecía ser un mozo y preparo la mesa de fórmica blanca, nos acerco el menú y se alejo para dejarnos deliberar.


Rápidamente y sin vueltas nos decidimos por una pizza “divertida” para romper con nuestro cliché (muzzarela y jamón) y elegimos la pizza “El Altillo” tamaño grande que rezaba: muzzarela, salsa de tomate, jamón, morrón, huevo, palmitos y orégano. Para tomar una Coca Cola de litro y medio. Hecho el pedido y ya solos, fue inevitable empezar a relacionar las historias del pasado con esta vieja pizzería y como nada había cambiado con el tiempo. La iluminación amarilla, la madera oscura de los tabiques, las paredes blancas onduladas, el ambiente, el olor al orégano… solo faltaba ver entrar a mis abuelos y sentarse en esa mesa de la ventana para cenar pollo al ajillo; o mis primos corriendo entre las mesas y subiendo las escaleras a toda velocidad… lo suficiente para que se me ponga la piel de gallina.


Mientras el restaurante comenzaba a llenar su capacidad, llegó nuestra pizza a la mesa, sin cortar y sobre una gruesa tabla de nylon blanca. Muzzarela, jamón, morrones, palmitos, huevo y quien sabe que más; una pizza “divertida”, llena de colores y de masa crujiente a simple vista. Esta fina masa tiene la cantidad justa de levadura para que no contamine el sabor del resto de los ingredientes. Estos ingredientes no eran nada del otro mundo… salvo el queso, piedra fundamental de una buena pizza, elemento clave en esta cuestión. El queso de El Altillo no es el queso al cual estamos todos acostumbrados. Este queso tiene una textura diferente, símil a un brie ya pasado en tiempo pero con la sensación áspera en la boca de un manchego joven. Si bien este queso muestra ser maleable en alta temperatura, no se deshilacha como la clásica muzzarela, tiene un color muchísimo más blanquecino y lo mejor de todo: no es grasoso. Esta falta de grasitud se nota en la masa ya que la misma permanece seca y crujiente en todo momento (aun en frío). Pero qué pasa con le queso cuando la pizza comienza a enfriarse a temperatura ambiente? La contextura comienza a parecerse al del queso fundido mixto a 21º pero sin ser duro, con un sabor que se hace aún más sutil, muy parecido al de un camembert de poco renombre y recién salido de su reposo. Podrán estar pensando en como puede ser que el queso de una pizza pueda llegar a “cambiar” tanto y en cada paso improvisar una mejoría sin dejar de lado la propia esencia de una simple pizza; les sugiero que lo prueben por ustedes mismos. La pizza de El Altillo es una experiencia que pocos conocen y muchos quisieran encontrar. Les recuerdo que esta pizza no es el sabor que uno encuentra sobre la calle Corrientes de Capital Federal ni en ninguna cadena de pizzerías conocida, es algo diferente, otro tipo de masa (grosor, cocción, tipo de harina) “gourmet” como dirían las revistas de la actualidad.


El Altillo presenta alta cocina aplicada en pizzas en un ambiente que supera por poco al de una fonda o bodegón. No se dejen intimidar por los cubiertos envueltos en la bolsita plástica o los individuales de papel, ya que en esas mesas de fórmica blanca uno encuentra una nueva y diferente experiencia gastronómica. De postre? Cruzan la vereda y esta la Heladería Piove (si, de aquí tiene su receta la Heladería Piave de Pinamar), combinación perfecta para terminar la cena.


El precio? $63 habiendo pedido la pizza grande más cara del menú y una sola bebida para compartir de litro y medio.


Datos Útiles: teléfono 4743-0990 http://www.elaltillopizzas.com.ar/

1 comentario:

  1. las empanadas son las mejores (junto con las de pizza bonita en la lucila) . sequitas, grandes, con buena materia prima, pocos gustos pero muy buenos.

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